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Tato Aguilera, el Periodista que Vive y Respira el Mundo Boca

Por Bien de Abajo | 28 de febrero de 2025

En esta edición de Bien de Abajo, nos metemos de lleno en el universo del periodismo deportivo con un invitado de lujo: Tato Aguilera. Desde sus inicios remándola en el interior hasta convertirse en una voz ineludible del mundo Boca, Tato nos cuenta cómo cumplió su sueño de cubrir al Xeneize y a la Selección Argentina. Con una trayectoria que incluye micros lecheros, empanadas en Florida y coberturas en la Bombonera, este mendocino nos abre el cuore para hablar de fútbol, esfuerzo y pasión. ¡Prepárense para un programa futbolero imperdible!


De Mendoza a la Bombonera: El Sueño de un Pibe

Bien de Abajo: Tato, bienvenido. Rompemos el hielo con una pregunta: ¿cuando soñabas con ser periodista deportivo imaginabas que ibas a cubrir a un gigante como Boca?

Tato Aguilera: Gracias por la invitación, un placer estar acá. Sí, lo imaginaba. Cuando me subí al primer micro desde San Martín de Mendoza a Buenos Aires en enero del ’97 para estudiar periodismo deportivo, le dije a mi vieja: “Mamá, yo voy a cubrir Boca y la Selección Argentina”. Fueron 16 o 17 horas en un micro reclinado, de los baratos, nada de coche cama. Era un sueño claro. Hoy lo vivo todos los días: Boca lo cubro periodísticamente full time, y la Selección, desde que me fui a Radio Rivadavia en 2021, más como hincha apasionado.

BdA: ¿En qué momento dejaste de soñar y dijiste “esto ya es real”?

TA: En el 2000, cuando me llamaron de La Redonda de La Plata. Hernán Castro, Valdi y Aldo Vuoto, correntinos geniales, me convocaron para cubrir partidos importantes. Empecé acreditándome en la cancha de Boca y toqué el cielo con las manos. Después me pidieron el día a día: iba en bici o colectivo desde Riobamba y Corrientes hasta Casa Amarilla, donde entrenaba Boca con Bianchi o Tabárez. Ahí arrancó todo.


Raíces Futboleras y Primeros Pasos

BdA: ¿El amor por el periodismo deportivo viene de chico o tuviste otros sueños antes?

TA: Siempre estuvo presente. Mi abuelo Pocho, hincha de Independiente, era un loco del fútbol. Escuchábamos radio de 12 a 10 de la noche: su Independiente y mi Boca. Si jugaban entre ellos, era especial. También veíamos partidos por TV y comprábamos diarios y revistas. Sin querer, él me metió en esto. Post Mundial ’94, en tercero o cuarto año de secundaria, dije: “Quiero ser periodista deportivo”. A los 18 dejé todo en Mendoza y me vine a Buenos Aires sin conocer a nadie. Fue empezar de cero, con las manos atrás.

BdA: ¿Cómo fueron esos primeros pasos en el periodismo?

TA: Hice ascenso para Mendoza entre el ’97 y el 2000 con amigos como Ariel Ortiz y Oscar Ambi en Platea Numerada. Cubríamos San Martín, Godoy Cruz e Independiente Rivadavia. Cuando jugaban en Buenos Aires, era su corresponsal. Después, con Gustavo Salinas, otro mendocino, hacíamos campañas como la de Godoy Cruz en la B Nacional. Viajaba viernes a la noche en micro, llegaba sábado a la mañana, almorzaba con mis viejos, hacía el partido y volvía para estar el domingo en la Bombonera o donde tocara. Esa fue mi escuela.


Remarla en Dulce de Leche: De Burger King a Empanadas

BdA: Mientras estudiabas, laburabas para bancarte. ¿De qué trabajaste?

TA: De todo. Fui ayudante de cocina en un salón de eventos en Villa Luro con la familia Fiorda, después mesero y delivery en un bar en Paraguay y Talcahuano. Mi primer laburo en blanco fue en Burger King en 2006: hacía hamburguesas, delivery, limpieza. Rotábamos en todo: broiler, armado, caja. Me iba bien con el delivery porque era rápido y simpático. Cuando entré a TyC Sports me dijeron: “¿Trabajaste en Burger King? Tenés aportes hechos”. También vendí aceite de oliva para una familia amiga, publicidad para La Redonda en La Plata, caminando la ciudad en el Roca. Era un caradura total.

BdA: Contaste una anécdota épica de vender empanadas en el 2002. ¿Cómo fue eso?

TA: En el Mundial de Corea-Japón, La Redonda no tenía derechos para transmitirlo y nos quedamos sin ingresos. Con amigos dijimos: “¿Vendemos choripanes en la cancha?”. Pero terminamos en Florida y Corrientes con caras tiznadas de corcho quemado, gritando: “Empanadas calientes que queman los dientes, dos por un peso. Aceptamos patacones, no dólares”. Vendíamos 10 docenas por día en un país explotado post 2001. Con Gustavo Salinas hacíamos resultados del Mundial auspiciados por “Empanadas El Mulato”. Nos divertíamos y sobrevivíamos.


El Día a Día con Boca: De la Intimidad a la Distancia

BdA: ¿Cómo es la convivencia con otros periodistas que cubren Boca?

TA: Es de respeto. Vivimos por la primicia, cada uno tiene sus fuentes, pero no nos pisamos la manguera. Si tengo algo chequeado, lo tiro; si otro lo tiene, lo mismo. Nos cuidamos entre bomberos.

BdA: ¿Y con los jugadores y la dirigencia? ¿Cómo cambió esa relación?

TA: Antes era íntimo. Del 2000 al 2012 llegábamos al playón de Casa Amarilla a las 7:30. Los jugadores bajaban de sus autos o el micro y nos saludaban: Palermo, Román, Guillermo, todos. Había charlas, asados. Con Bianchi veíamos los tácticos y sabíamos a dónde iba el centro de Riquelme. Hoy es más frío: ellos entran por el portón, nosotros estamos a 60 metros en la sala de prensa. Los entrenamientos son cerrados por los celulares y lo digital. Se adoptó el modelo europeo. Tengo buena relación con algunos actuales vía WhatsApp, pero son fuentes, no amigos.

BdA: ¿Te pasó que un jugador te pidiera no contar algo?

TA: Sí, me han dicho: “¿Por qué lo contaste?”. O representantes me llaman: “Pucha, es mi producto”. Pero si pasó, pasó. Lo chequeo con varias fuentes y lo doy con respeto. Si se enojan, se enojan, pero nunca llegó a más que una mirada calentona.


Boca: Altibajos, Madrid y el Peso de la Popularidad

BdA: Como periodista e hincha, ¿cuándo crees que empezó la caída futbolística de Boca?

TA: Ha tenido vaivenes. Fue mala la etapa 2009-2011 hasta el invicto de 2012 con Falcioni. Después tuvo chances en Libertadores, pero se le niega desde 2007, con tres finales perdidas. Nunca corrió riesgo de descenso, pero sí tuvo torneos pésimos y otros brillantes. Es un tobogán: baja, sube, se reinventa. El último año sin títulos fue muy malo, como el 2013 con Bianchi en su tercera etapa.

BdA: ¿Lo mejor y lo peor que te dio Boca en coberturas?

TA: Lo mejor, las Libertadores, Intercontinentales y torneos locales. No son menores, son difíciles hasta el final. Lo peor, Madrid 2018. Esa final con River me dolió. No se tenía que haber jugado ahí; se tendría que haber suspendido. Estuve en el Monumental ese día, noté nerviosismo en el hincha de River. Boca fue mejor en los dos partidos, pero la expulsión de Barrios y el negocio de Infantino la llevaron a España.

BdA: ¿Por qué Boca genera tanta crítica en la prensa?

TA: Porque es Boca. Es más grande y popular que River, aunque River sea un club enorme. Los medios arrancan con Boca, le vaya bien o mal. Si River empata 0-0, se habla de Cavani y su espalda antes que del partido. Boca es observado como una Selección: se lo critica y destruye como a la Argentina pre-Messi.


Violencia, Jóvenes y el Mundial de Clubes

BdA: ¿Cómo se vivió lo de Sebastián Villa desde adentro?

TA: Pésimo. Fue un error grave fuera de la cancha. Generó incomodidad en el plantel y agenda mediática. Hasta en Independiente Rivadavia se hablaba de él. Es la marca Boca: exjugadores como Junior Benítez o Centurión siguen siendo “ex Boca” en cada noticia, buena o mala.

BdA: ¿La dirigencia tuvo malos manejos con jugadores como Valentini o Varela?

TA: Los pibes quieren irse rápido por el salto económico. Comparás Argentina con Brasil, España o Arabia y estamos abajo. Han chocado intereses: el club quiere retenerlos, ellos ejecutar cláusulas o irse libres. Faltó comunicación fluida. Boca perdió capital con algunos que se fueron gratis y ganó bien con otros por cláusulas.

BdA: ¿Ves a Boca competitivo en el Mundial de Clubes?

TA: Si juega mejor, sí. Tiene plantel para hacerle partido a cualquiera: Bayern, Benfica, River. Si encuentra funcionamiento, puede sorprender. Pasar el grupo ya sería mucho; después, que sea lo que Dios quiera.


Consejos desde Abajo

BdA: Tato, cerramos con un mensaje para los periodistas que arrancan de abajo.

TA: Hagan experiencia como sea. Lean, estudien y practiquen. La teoría y la práctica van de la mano. Empecé remándola en dulce de leche: micros, empanadas, dedo en la ruta. Hoy, con 18 años en TyC Sports, miro atrás y me emociono. Orgulloso de cada paso. Las puertas se abren si la peleás.


Nos despedimos de Tato con un abrazo y la promesa de empanadas para la próxima. Desde Bien de Abajo, agradecemos su pasión y sinceridad. ¿Qué opinan del Boca de hoy? ¡Dejen sus comentarios!

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